Según un estudio de la Universidad de Gotemburgo se probó que el canto en grupo ayuda al corazón y al cuerpo en su totalidad.
La conclusión de este estudio fue que cuando las personas cantan en simultáneo su corazón late de forma sincronizada, de modo que el pulso de los miembros tiende a aumentar su ritmo o enaltecerlo al unísono.
Los resultados del trabajo demostraron que la estructura de los temas así como su melodía tenían un vínculo directo con la actividad cardíaca de quienes la cantaban.
También se comprobó que las canciones con frases largas llegaban a tener el mismo efecto que logra el yoga con la resporación.
El efecto positivo aparece porque el canto “impone” un patron calmo y regular sobre la respiración el cual tiene un efecto dramático sobre la variación del ritmo cardiáco y, al mismo tiempo, genera un impacto favorable sobre la salud general.
La música se podría utilizar para controlar la ansiedad de los pacientes o ayudarlos a sobrellevar dificultades.
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