Tan solo 10 días después de su nombramiento como director de Comunicación Anthony Scaramucci fue removido.
El Presidente Donald Trump lo despidió a solicitud de John Kelly, en su primer día como nuevo jefe de gabinete del presidente estadounidense.
El diario The New York Times señala que tras seis meses de mandato, en la Casa Blanca se ha instalado el caos y la desconexión con el Congreso cada día es mayor.
“Ninguno de sus grandes proyectos legislativos ha salido adelante y algunos parlamentarios, como John McCain, ya le retan en público. Superar esta fractura y poner orden interno será la misión del exgeneral de marines Kelly”, señala el NYT.
El antiguo jefe del Comando Sur y exsecretario de Seguridad Interior, John Kelly, de 67 años, no es el hombre que otros gobernantes hubieran destinado a recuperar la sintonía y el consenso.
Creador de su propio y vertiginoso ecosistema, donde la fidelidad y la fuerza encabezan la cadena trófica, la elección de Kelly es señal de que, lejos de cualquier freno, el presidente de la nación más poderosa del planeta siempre está dispuesto a radicalizarse.
Ya ocurrió con la caída del portavoz oficial, Sean Spicer. Tras su fulminación, el multimillonario neoyorquino entregó la delicada jefatura de Comunicación a Scaramucci, un antiguo tiburón de Wall Street, quien en solo cinco días en el puesto arrastró a la Casa Blanca a cotas insólitas de bajeza y vulgaridad.
Scaramucci, quien departe directamente con Trump, será uno de los problemas con los que tendrá que lidiar el adusto general. Pero su mayor reto consistirá en recomponer el clima interno y tender un puente sólido hacia el Congreso. Una tarea que se ha vuelto prioritaria para un presidente que, pese a tener mayoría en ambas Cámaras, no logra alcanzar velocidad de crucero.
Con información de El Pais