Inaugurada en la Casa de Francia, la exposición “Catrinas, La Muerte es una Dama” presenta hasta el 26 de noviembre una colección de esculturas monumentales de 2 metros de altura realizadas en papel maché por los artistas Mauricio Mercado, Benito Fu y Eduardo Ang.
Diseñadas para participar en el Festival Internacional del Día de Muertos, estas obras ilustran la amistad franco-mexicana, ya que fueron concebidas como un homenaje a las mujeres sobresalientes de ambas culturas. Entre ellas, se encuentran, por la parte mexicana, Malintzin, La Patria, Juana de Asbaje, Frida Kahlo, María Félix y la Soldadera, y por la parte francesa, Marie-Antoinette, Coco Chanel, La Liberté, Joséphine Baker, Sarah Bernhardt y la Bailarina de Cancan.
La Catrina es un ícono de las celebraciones de Día de Muertos en México, que fue designado como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la UNESCO en 2003. La versión original de la Catrina fue una caricatura de José Guadalupe Posada, quien dibujó una calavera con un sombrero refinado para criticar a los mexicanos pobres que no tenían para comer pero se vestían de manera elegante para aparentar ser pudientes.
Tradicionalmente, se llamaba “Catrín” o “Catrina” a las personas de la alta sociedad, y así bautizó el muralista Diego Rivera a la caricatura de Posada, antes de pintarla de cuerpo completo en “Sueño de una tarde Dominical en la Alameda Central”.