Esta mañana, gran parte de la capital chilena amaneció cubierta de cenizas, las que fueron arrastradas por el viento desde las afueras de Santiago, donde existen algunos focos de fuego que no han podido ser controlados por bomberos y brigadistas.
Debido a la gran magnitud de los incendios, la presidenta Michelle Bachelet decretó “estado de catástrofe” para las provincias de Colchagua (154 kilómetros al sur de Santiago) y Cardenal Caro (227 kilómetros al sur de esta capital), las que además están bajo “emergencia agrícola”.
La medida de “catástrofe” también abarca a las comunas de Cauquenes (368 kilómetros al sur de Santiago) y Vichuquén (292 kilómetros al sur de esta capital).
El “estado de catástrofe” se decreta para los casos de calamidad pública y permite una gestión más rápida y eficiente de los recursos para combatir la emergencia.
Por otra parte, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) decretó una “alerta roja regional” para la Región del Libertador Bernardo O’Higgins (distante 90 kilómetros al sur de esta capital) porque las llamas ya consumieron cerca de 35 mil 750 hectáreas de vegetación entre pino, eucalipto, arbolado naturales, matorrales y pastizal.
En las localidades de Pumanque y Peralillo, en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins, al menos 24 mil 671 hectáreas se vieron afectadas por el fuego, lo que equivale a un cuarto de la superficie de Santiago.
De acuerdo al más reciente reporte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), desde el 1 de julio de 2016 a la fecha se han reportado dos mil 690 siniestros que han consumido un área de 135 mil 473 hectáreas, una situación nunca antes vista.
Entre el 1 de julio de 2015 y el 31 de junio de 2016 los incendios quemaron nueve mil 263 hectáreas.