Chocolates y cigarros, las pistas para ubicar y abatir a Alfonso Cano

Los gustos del abatido líder rebelde Alfonso Cano por chocolates, frutas y cigarrillos fueron las mejores pistas para que el Ejército colombiano ubicara y diera de baja al líder de las FARC, reveló hoy el diario El Tiempo.

El rotativo señaló que “las trufas (chocolates) y las frutas con las que Guillermo León Sáenz (alias Alfonso Cano) solía darse gusto, y que eran de los pocos lujos que se permitía como jefe de las FARC, terminaron trazando la ruta de su fin”.

Señaló que estas debilidades fueron claves para que el grupo de inteligencia del Ejército lograra “meterse en la piel” de Cano, que hasta el 4 de noviembre era el insurgente más buscado y por quien se ofrecía una recompensa de 2.5 millones de dólares.

El Tiempo explicó que el trabajo de inteligencia y buscar la forma de penetrar la estructura del líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue encomendada a un grupo de 7 de los mejores hombres de las Fuerzas Militares.

El equipo de élite castrense, después de 2 años y 6 meses de trabajo, logró ubicar la casa campesina donde se escondía Cano, el pasado 4 de noviembre.

“Lo primero que aprendimos fue que era imposible infiltrarlo. Cano, un hombre desconfiado por naturaleza, siempre tuvo al lado a los mismos guerrilleros y sólo uno, conocido como “Teófilo”, era su emisario”, relató un oficial de inteligencia al rotativo.

“Teófilo” fue como un “hijo” en la guerrilla de Cano y “por eso confiaba en él a ojo cerrado; además de ser un avezado explosivista, era el encargado de revisar, minuciosamente, cada una de las encomiendas que recibía y le entregaba a su jefe”, añadió.

Sostuvo, además, que era ese insurgente “quien, cada vez que podía, le llevaba los chocolates que tanto le gustaban al líder guerrillero”.

En mayo del 2010, los militares ubicaron la pista de las encomiendas que llevaban los chocolates de “Cano” y lograron saber el desplazamiento que hizo durante 3 meses para dejar la región del Cañón de las Hermosas, donde mantuvo su campamento central.

El pasado 1 de agosto del 2010, el grupo de inteligencia recibió información de la entrada a la zona de varios paquetes de Marlboro y el “rastro de esa encomienda ayudó a dar con su campamento el 21 de agosto”.

“Era el momento, y los aviones de la FAC (Fuerza Aérea Colombiana) bombardearon el lugar, pero casualmente, Cano decidió mover el campamento 300 metros para aprovechar mejor un riachuelo que los aprovisionaba de agua”, detalló.

Luego el 22 de julio pasado, día de su cumpleaños, llegó a una zona conocida como Mosoco y lo recibieron hombres del sexto frente de las FARC y, a partir de este momento, se fue cerrando el círculo para dar el golpe final a Cano.

“Pero como la barba lo delataría, la celebración de su cumpleaños número 64 terminó con una rasurada que no sólo le quitó su rasgo más característico, sino el mando. De ahí en adelante, fueron sus hombres los que decidieron sus movimientos”, concluyó El Tiempo.

Fuente: Notimex