Un grupo de científicos estadounidenses logró insertar un GIF animado de un caballo galopando en el ADN de una bacteria. La hazaña fue realizada mediante una herramienta de edición del genoma llamada “Crispr”.
Para insertar las imágenes, las secuencias fueron inyectadas cuadro por cuadro durante cinco días a las células bacteriales.
Los investigadores alcanzaron una precisión del 90% en la transferencia de la imagen, lo cual fue considerado todo un éxito. la imagen también fue transferida a los descendientes de la bacteria, con el mismo porcentaje de eficacia.