La libido es parte del ser humano, nacemos y morimos con este deseo para establecer relaciones sexuales con otras personas, lo cual no sólo depende de la atracción física sino también de cómo nos sentimos con nosotros mismos, la pareja y el entorno, explica la doctora y terapeuta sexual Mayra Pérez Ambriz, de la asociación civil Centro Líber.
Bajo esta premisa, aseguró que “el deseo en general no se pierde, perdemos contacto con él, y si el no tener apetito sexual no le provoca problema alguno a la persona o a su pareja, pues no hay problema. Pero si se siente a disgusto consigo misma o su par si manifiesta inconformidad, entonces debe de atenderse con un especialista”.
En este contexto, apuntó que sólo el 5 por ciento de la baja de la libido se debe a problemas orgánicos, es decir a enfermedades; en tanto, el 95% está relacionado a situaciones de pareja, educación, e incluso con la forma de vida. Es por ello que las personas deben estar atentas a diversos aspectos importantes para mantener vivo el deseo sexual, como son:
Autoconocimiento.- Esto es fundamental, enfatiza Mayra Pérez, y esto significa conocer nuestro cuerpo no sólo viéndonos desnudos frente al espejo, sino también autoexplorándonos, saber qué nos gusta y cuáles acciones o caricias no nos resultan satisfactorias.
Tener una buena comunicación.– Lo cual implica saber escuchar a nuestra pareja, estar dispuestos a entender qué le gusta y lo que no le resulta satisfactorio.
Estar abierto a los acuerdos.- En toda relación hay situaciones en las que podemos ceder para mantener la armonía en la pareja, siempre y cuando esto no nos afecte física ni emocionalmente.
Aprender a poner límites.- Saber decir no, incluso a nosotros mismos, porque el establecer acuerdos no significa imponer nuestras condiciones, como tampoco aceptar todo lo que se nos pida o exija.
Respetar los espacios.- Respetar los momentos en que cada quién necesita realizar sus actividades personales, individuales y aquellos en los que ambos deben estar juntos.
Sobre este último punto, la sexóloga Mayra Pérez explicó que ambos deben ser equitativos en el reparto del tiempo, es decir “una persona no puede dejar todo de lado, su familia, trabajo y amigos, peor esperar a su pareja; pero tampoco se puede dejar al último la atención a la pareja”
Fuente: Su Médico
