Los cirujanos tienen una mayor tendencia a pensar en quitarse la vida que la población general, así lo asegura un equipo de científicos de la Clínica Mayo.
Las tantas horas que pasan dentro de un quirófano, el impacto de la vida laboral en la estabilidad familiar, la percepción de que han podido cometer errores, la elevada demanda social, el abuso de alcohol y otras sustancias y no pedir ayuda serían algunos de los motivos que los orillarían a tener estos pensamientos.
De acuerdo con el estudio, otros factores contribuirían en el aumento de riesgo de suicidio entre los médicos: el acceso a los medicamentos letales y el conocimiento de su forma de uso.
Las complicaciones o el fallecimiento de sus pacientes, el contacto frecuente con la muerte, el síndrome del profesional quemado y el estrés crónico serían otros motivos relacionados.
Para la investigación, los científicos entrevistaron a 7.95 cirujanos acerca de su situación familiar, si padecían el síndrome del profesional quemado, la percepción de los errores cometidos, la necesidad de usar alcohol u otras drogas, entre otros aspectos.
Los profesionales casados y con hijos pensaban menos en quitarse la vida que los divorciados. Lo mismo ocurrió con quienes tenían la sensación de haber cometido errores, en comparación con los que se ‘sentían culpables’ de algún fracaso.