¿Cómo comenzó la epidemia de Ébola que azota el continente africano?

Se estima que el “paciente cero” fue un niño pequeño, de unos dos años que habitaba una aldea al sudoeste de Guinea.

El pueblo, según The New York Times, está ubicado en la frontera que separa al país de Liberia y Sierra Leona. En esta zona, de amplia vegetación y falta de saneamiento, la letal enfermedad encontró un punto de entrada y expansión a los países vecinos.

El niño falleció el 6 de diciembre y a la semana perdió la vida su madre, seguida por una pequeña de tres años y la abuela del núcleo familiar. Lo que resulta paradógico es que en este último funeral hubo dos personas que se fueron a casa con el virus en su organismo.

Como es frecuente en esta patología, todos tuvieron fiebre, vómitos y diarrea. Los pacientes transmitieron el microorganismo al personal de la salud que los atendió y estos, a su vez, a sus familiares, quienes retransmitieron la patología.

Uno de los aspectos más dramáticos de la epidemia es que los trabajadores de la salud de la zona nunca habían estado en contacto con la enfermedad porque no había habido brotes en esta zona del continente negro.

Por eso, no la reconocieron y no tenían capacitación ni equipamiento para evitar contagiarse ellos mismos y a otros pacientes.

Según publicó el diario norteamericano, cuando las autoridades sanitarias hicieron foco en la enfermedad, en el mes de marzo, ya habían muertos en ocho comunidades de Guinea, y casos sospechosos en Liberia y Sierra Leona, tres de los países más pobres del mundo, que luchan por recuperarse de años de guerra civil e inestabilidad política.

El 31 de marzo, Médicos Sin Fronteras advirtió que la enfermedad se encontraba ya en tantos lugares que sería difícil combatirla. Ahora, el brote está fuera de control, es el mayor que se haya conocido y sigue empeorando.

La única forma de controlar la expansión es aislar a cada uno de los pacientes, identificar a sus contactos, aislar a los que se enfermen y repetir el proceso hasta que finalmente no haya más casos. Pero los contactos de cada persona en esta región se cuentan por cientos.

Ante este panorama nadie explica cómo un chico pequeño se convirtió en el primer infectado si el contagio se da a través de simios (generalmente se contagian los adultos al matarlos). Que haya comido fruta contaminada o que lo hayan pinchado con una aguja con el virus son hipótesis consideradas. Pero quizás tampoco fue él el primer eslabón de la cadena y el inicio no ha sido localizado.

 

Fuente: El Universal