¿Cómo decirle a alguien que está a punto de morir?

Encontrar a doctores que cuenten su experiencia no es difícil, pero en algún punto de la conversación cada frase parece haber pasado por un filtro profesional.

Se vuelven menos claros, menos directos. Hasta que se pierden en el lenguaje médico.

La doctora Kate Granger no tiene esas barreras.

Quizá por una experiencia personal.

A los 29 años fue diagnosticada con una muy rara forma de cáncer terminal, ha hablado y escrito ampliamente sobre la cuestión, y pretende tuitear en directo su propia muerte.

La enfermedad se la diagnosticaron durante unas vacaciones en Estados Unidos.

“Y cuando regresé a Reino Unido, un médico recién iniciado en la profesión me dijo que no sabía cuál iba a ser el plan para mí”, cuenta.

Sin embargo, solo le enseñó un escáner que mostraba que el cáncer se había expandido.

“Básicamente me estaba comunicando mi sentencia de muerte y el tipo no veía la hora de salir de la habitación”, recuerda.

“Una vez lo hizo, no lo volví a ver”.

Aquel episodio la moldeó como doctora.

“Dime cuál sería el peor escenario”, le pidió la paciente, ansiosa por regresar a casa el 1º de enero.

“La miré. Me miró. Y pensé que no estaba preparada para el diagnóstico”, reconoce.

“Y entonces un pariente me dijo que lo que ella quería saber era el peor escenario en términos de cuánto tiempo tendría que permanecer en el hospital”.

“En ese momento te das cuenta de que todos sabemos de qué estamos hablando, pero que lo estamos aceptando a niveles distintos”, explica.

Entonces, ¿cómo se identifica el nivel de aceptación para el que el paciente está preparado?

¿Cómo se entrenan los médicos para ello?