Cómo superar la ruptura de una relación amorosa

¿Terminaste con tu pareja? No importa si la relación tenía varios años o meses, el dolor, la tristeza, o el coraje pueden ser similares.

No se consigue dormir, se pierde el apetito, te duele todo el cuerpo y, aunque lo intentas, no logras pensar en otra cosa. Tu corazón está roto.

“El enamoramiento, especialmente en las fases iniciales, genera comportamientos que recuerdan mucho a las conductas observadas en las personas adictas a las drogas”, afirma Emilio Ambrosio, catedrático de Psicobiología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Esta adicción tan potente tiene su reflejo en el cerebro.

Según un estudio publicado en la revista PLOS ONE, el efecto del amor es similar al de algunos analgésicos, ya que activa zonas cerebrales que reducen el dolor. Cuando estamos enamorados, el organismo genera sustancias como la dopamina (la hormona del placer) y la oxitocina (la hormona del apego).

Con la ruptura sentimental se dejan de segregar estas hormonas y el cerebro reacciona generando un estado de tristeza y síntomas de abstinencia (ansiedad, obsesión e incluso dolor físico) que también sufren los drogodependientes.

“En la persona que sigue queriendo a otra se da, durante ese tiempo de carencia afectiva, de tristeza y de añoranza de la persona amada, algo similar a lo que ocurre con las personas adictas, que es un deficiente funcionamiento de la comunicación neuronal”, mantiene Ambrosio.

¿Quiénes sufren más, hombres o mujeres?

Los expertos creen que ambos cerebros sufren de forma similar. “No lo sabemos con seguridad pero lo más seguro es que así sea”, sugiere Brown.

“Hombres y mujeres tienen un sistema neuronal de reforzamiento igual. Se enamoran igual y sufren los embates del desamor de la misma forma, aunque sientan esos momentos de un modo ligeramente diferente”, destaca Ambrosio.

¿Cuánto tiempo tarda en pasar el dolor?

“Ese deficiente funcionamiento vuelve a la normalidad pasado un tiempo, que es variable según la persona que ha sufrido el desamor”, admite el psicólogo. Las investigaciones al respecto hablan desde 3 meses necesarios hasta 18. Hay quienes pueden pasar los años y sigan sufriendo.

Si la pena no se marcha, podría deberse más a factores puramente emocionales que biológicos, según el experto. En cualquier caso, recuerde que el cerebro tiene una asombrosa capacidad de adaptación y que, por suerte, no hay mal que cien años dure.