Cómo una ciudad sueca subsistirá sin combustibles fósiles en 2030

Como una idea propuesta en 1991, Växjö se convirtió en la primera ciudad del mundo con tal pretensión. Fuera de dejarlo como una falsa promesa electoral,hoy en día siguen mejorando sus medidas para cumplir el objetivo en el plazo estipulado.

Frank tiene lo que él mismo define como una mentalidad beatle. Cuando entró en el gobierno hace más de 40 años, tenía la idea de aplicar lo que narraban sus canciones. “Entonces yo era muy pesimista. Ni siquiera creía que viviríamos después del año 1984. Pero ahora soy muy optimista. Sabemos qué hacer y tenemos las técnicas para hacerlo. Todo es cuestión de que los políticos seamos lo suficientemente valientes como para tomar las decisiones adecuadas”, explica el alcalde de la ciudad.

Hasta el momento, sus decisiones le han llevado a construir una de las ciudades más sostenibles de Europa. El pasado año, la ciudad solo produjo 2,4 toneladas de emisiones de CO2 por habitante, un número menor a otras metrópolis como Copenhague y que se ha reducido un 48% desde que comenzaran a medir las cantidades en 1993.

Además, no es que haya sacrificado el crecimiento económico de la ciudad para conseguir tal objetivo. Entre 1993 y 2012, el PIB de Växjö creció un 90%, un número envidiable conseguido a base de esfuerzo común.

Cada ciudadano debe contribuir. No se puede culpar al resto y esperar que otros hagan algo. Hay que empezar con uno mismo: la forma en cómo compras, cómo vives, cómo conduces, cómo usas el transporte, la calefacción y la electricidad”, comena Frank.

Para conseguir tal objetivo, en Växjö saben que la educación es básica. Desde que tienen 1 año, en la guardería enseñan a los niños a ordenar los residuos. Además, organizan salidas frecuentes a los bosques cercanos para enseñar a los más pequeños a valorar la naturaleza.

El secreto de la producción de energía renovable en Växjö proviene de la biomasa. A través de una planta de energía de propiedad municipal, transforman los residuos de madera de los bosques en electricidad para sus ciudadanos. Esto les permite, incluso, disponer de coches eléctricos eléctricos que funcionan a través de este combustible.

“Estoy muy orgulloso de nuestros transportes eléctricos porque se producen a nivel local. Es la energía del medio ambiente” presume Frank.

Fuente: Playground