Hace unos días, el ex conductor Mauricio Clark declaró haberse “curado” de su homosexualidad: “te puedo decir que hoy la homosexualidad es parte de mi pasado, hoy retomo una vida como me hizo Dios naturalmente”.
Por ello, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación remarcó que:
“En los últimos días han saltado algunos sucesos acerca del funcionamiento y efectividad de las terapias de conversión, desde Conapred expresamos una postura, con base en la Constitución Mexicana y Declaración Universal de Derechos Humanos, las terapias de conversión SON UNA FORMA DE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN por motivos de orientación sexual e identidad de género y tRANSGREDEN LOS DERECHOS A LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD Y A LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN”.
Por su parte, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) asegura que:
“Las terapias de conversión no son guiadas por investigaciones científicas o psiquiátricas rigurosas, sino que se basan en teorías y literatura cuya validez científica es cuestionable, que no sólo ignora el impacto del estigma social en la motivación de los esfuerzos para curar la homosexualidad, sino que es una literatura que estigmatiza activamente la homosexualidad también”.
Ambas resaltaron que debido a estas posturas, se transgreden los derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la salud, a la integridad personal y a la igualdad.