A la gimnasta española, Desirée Vila, se le fue amputada la pierna derecha 2015, tras lesionarse la rodilla tras realizar un salto mortal durante uno de sus entrenamientos para las pruebas europeas.
Vila, de 16 años en ese entonces, fue atendida por el doctor y traumatólogo Pedro Larrauri en el centro médico El Castro, en Vigo.
Cuatro días después de su lesión, a la pequeña gimnasta se le agravó su lesión por un traumatismo arterial irreversible, que no aparecí en los informes médicos de Larrauri, lo que desencadenó que le fuera amputada la pierna.
“Solo notaba que mi pie estaba frío y era consciente de que no estaban haciendo nada para remediarlo, incluso se lo comenté a mis padres y a los enfermeros”, dijo la gimnasta ante el tribunal.
La familia de Vila aún no comprende como el doctor no pudo detectar la falta de circulación sanguínea.
Aunque el doctor se declaró inocente, el juez ha pedido para él dos años de prisión, cuatro de inhabilitación para el ejercicio de la profesión y el pago de una indemnización de 2.8 millones de euros a Desirée Vila.