La propiedad, que fue casa del boxeador Mike Tyson durante los años 80 y 90 en Ohio, ahora se muestra abandonada, descuidada y con planes futuros de convertirse en una iglesia.
La espaciosa mansión de Southington, Ohio, en Estados Unidos, tiene paredes de oro y plata, un jacuzzi con espejos en el techo y una piscina gigante techada, además de ostentosas habitaciones que ahora lucen descuidadas y sin glamour.
Cuenta con cinco habitaciones, varias salas de estar, siete baños y medio, una gran cocina, dos cocheras, jaulas para tigres y una cancha de básquetbol.
Tyson se vio obligado a venderla en 1999 por 1.3 millones después de tener serios problemas económicos y un juicio penal por violación.