Desde contar con un cajón de estacionamiento, hasta tener una temperatura agradable en la oficina, son los beneficios que suman tu salario emocional.
¿Cómo es la relación con tus jefes y subalternos? Un ambiente de respeto y aprecio también suman.
El salario emocional, se refiere a todas aquellas retribuciones no económicas que el trabajador puede obtener de la empresa y cuyo objetivo es incentivar de forma positiva la imagen que tiene sobre su ambiente laboral e incrementar su productividad, así como satisfacer las necesidades personales, familiares o profesionales que manifiesta, mejorando su calidad de vida y fomentando un buen clima organizacional.
Otros aspectos que forman parte de ese salario que no tiene cuantificación en dinero pero sí cuenta para la salud emocional son los apoyos y prestaciones especiales. Aquí te damos algunos ejemplos:
- La posibilidad de visitar otro país para realizar actividad laboral
- Ayuda en capacitación y formación que no esté directamente relacionada con nuestro trabajo diario como idiomas, talleres literarios o de cualquier otro tipo y que el trabajador considera necesario para su desarrollo personal
- Poder llevar tu mascota a la oficina
- Un día de home office con responsabilidad
- Cursos, diplomados, talleres o maestrías
- Horario flexible, es decir, cumplir con las ocho horas pero sin tener horario estricto de entrada o de salida
- Guardería para niños pequeños en el mismo lugar de trabajo, o para escolares durante las vacaciones
- Días libres para los empleados el día de su cumpleaños o cumpleaños de familiares, o acompañarlos en momento difíciles de pérdida de un ser querido.
- Espacios de distracción en la empresa; todos conocemos oficinas como las de Google y otras organizaciones punteras que ofrecen a sus empleados salas de descanso, salas de juegos, salas con televisión, gimnasios u otras salas dedicadas a desconectar del trabajo.