Entre el lunes 10 de julio y el miércoles 12 de julio de este año se desprendió uno de los icebergs más grandes jamás registrados, de la Antártida de la plataforma de hielo Larsen C.
Se trata de un enorme bloque de hielo de un billón de toneladas que tiene 6,000 kilómetros cuadrados de extensión y ahora flota a la deriva en el Antártico.
Los científicos llevaban observando la inminente ruptura durante meses, tras una la primera grieta detectada
El profesor Adrian Luckman y su equipo de investigadores del proyecto MIDAS, que mide el impacto de la fusión en la dinámica de la plataforma de hielo y su estabilidad, han estado realizando el seguimiento de la grieta durante muchos años, ellos aseguran que el progreso del iceberg es difícil de predecir.
“Puede permanecer en una sola pieza, pero es más probable que se rompa en fragmentos”, explica Luckman.
Parte del hielo puede permanecer en el área durante décadas, mientras que partes del iceberg pueden derivar hacia el norte en aguas más cálidas.
Consecuencias para la fauna y la salinidad
Las opiniones en la comunidad científica están divididas al respecto. Según el profesor Luckman: “en los meses y años siguientes, la plataforma de hielo podría volver a crecer gradualmente, pero también puede sufrir más eventos de partición que eventualmente pueden conducir al colapso”.
En opinión de la licenciada en oceanografía y ciencias ambientales y doctora en biodiversidad, Ana Payo, el desprendimiento del bloque “no tendrá un impacto inmediato sobre el nivel del mar”.
Pero si el estante pierde mucho más de su área, podría resultar en glaciares que fluyen de la tierra detrás de acelerar su paso hacia el océano.
En cuanto a la fauna de la zona, según Payo, “no les va a afectar como tal el desprendimiento de este bloque, pero es una muestra más de cómo se está transformando el hábitat. Hay muchas especies que dependen del hielo”.
Por último, los científicos se pregunta si ¿podría afectar el deshielo de este iceberg a la salinidad de los océanos?
Explican que La proporción de sal del agua del mar es muy difícil de alterar, con lo que la salinidad del mar podría verse afectada solo localmente.
No hay duda de que habrá efectos, es cuestión de tiempo para que los científicos puedan confirmar cuáles fueron las consecuencias del desprendimiento de este enorme iceberg de la Antártida.