Hellen Fisher, antropóloga estadounidense, llamada ‘Científica del amor’ se ha dedicado al estudio del amor y las relaciones de pareja, ella concluye que existen tres tipos de amor:
1. El impulso sexual
Es el amor de alta velocidad. Empieza muy rápido y acaba cuando se satisface lo que busca. Se asocia con circuitos cerebrales de motivación y recompensa. Es muy impulsivo y está fuera de nuestro control.
2. El enamoramiento o amor romántico
Se hacen locuras, se bajan estrellas y se escalan montañas. Quieres que el otro sepa lo que estás dispuest@ por la otra persona. Se espera reciprocidad. Es la fase previa al amor de largo plazo.
3. El apego a largo plazo
Menos vistoso, pero más sólido en el tiempo. Te interesas en el bienestar de tu pareja. Te importa la otra persona, hay placer como en el impulso sexual, sin embargo es un amor más sólido, entre las necesidades y las empatías.
El amor se puede transformar de una base de atracción física a la de ‘me importas’.
Según Fisher el amor no es suficiente para que una pareja llegue a la etapa del apego. Hay otros sentimientos como enojo o celos, que pueden dañar a la pareja. El amor profundo no es un sentimiento, es una decisión, un compromiso de la pareja.
El amor es un elemento importante pero no es el único ni es el principal. Es la puerta de entrada al mundo interior del otro, para conocer a la otra persona, pero no es el elemento número uno.
