Un hombre denunció en un tribunal de Milán a su gato, por interferir en su vida sexual. El hombre de 66 años asegura que ho ha podido tener relaciones con su esposa de 40, debido a que el gato no deja de observarlos en los momentos más íntimos.
“Me da ansia, es inquietante y me cohíbe” dijo el hombre en la corte.
Por su parte, su esposa tiene una historia distinta. Ella asegura que su marido tiene otros problemas sexuales. “Él se niega a reconocer que ha perdido su apetito sexual”, declaró, y además se negó a que el gato duerma fuera del cuarto matrimonial, como lo ha hecho los últimos 5 años.
La Asociación Italiana de Defensa de los Animales y del Ambiente llegó a una solución: el gato tendrá que dormir fuera de la habitación durante tres meses, para valorar si en verdad él es la causa de los problemas matrimoniales de la pareja.
Con información de La Prensa