Uno de los pleitos más polémicos de los últimos años dentro del futbol mexicano es el que protagonizaron Cuauhtémoc Blanco y Ricardo Lavolpe. Ahora, Blanco parece haber olvidado las rencillas y le da su voto de confianza para dirgir al Tri.
Las diferencias comenzaron hace casi 20 años cuando Lavolpe fue nombrado entrenador del América y Cuauhtémoc era una joven promesa. Los jugadores se quejaban de los malos tratos del ‘Bigotón’ y Cuauhtémoc encabezó una rebelión de jugadores que finalizó con el cese del argentino.
Los problemas iniciaron en la cancha y continuaron fuera de ella: Lavolpe siempre ha manifestado que en su esquema de juego los jugadores como Cuauhtémoc no caben, pues él no cree en los ’10’ sino en el juego veloz y posesión de balón sin necesidad de que sea un sólo hombre quien ‘mueva’ al equipo: Blanco siempre fue de esos.
Cuando sus equipos llegaban a enfrentarse, Blanco se empleaba a fondo y generalmente, despedazaba a la línea de 3 defensas de Lavolpe: anotaba y se iba a burlar del entrenador. Ricardo aguardaba sereno, la venganza, dicen, es un plato que se come frío.
Y así ocurrió en 2006, cuando tuvo la oportunidad de vengarse de Blanco y dejarlo fuera de la convocatoria del mundial de Alemania pese a que había sido campeón con el América, su conducta había mejorado y seguía siendo el mejor futbolista mexicano.
Lavolpe argumentó que no encajaba en su sistema, pero se supo que el entrenador y los tres jugadores ‘consentidos’ (Oswaldo Sánchez, Pável Pardo y Rafael Márquez) habían decidido no llevar a Cuauhtémoc para evitar roces con los demás integrantes de la selección.
Hoy, Blanco parece haber olvidado las rencillas y manifiesta que Ricardo Lavolpe es el idóneo para ocupar el cargo de entrenador de la Selección Nacional tras la salida de Miguel Herrera.
“Ha demostrado conocer bien el medio y sus equipos juegan bien al futbol”, escribió en su columna de El Universal.
¿Será que el presidente municipal electo de Cuernavaca quiere olvidar todo y hacer las paces con Lavolpe?