por José Sánchez Talavera .-
Considerando que en el PRD, en su pasado Congreso Cumbre de Acapulco, ya dieron por perdida la elección presidencial, habida cuenta de que el IFE rechazó las demandas de los partidos de las izquierdas, por carecer de pruebas contundentes y suficientes y, dado que AMLO ya entró en una fase de chacoteo (al pretender probar la supuesta compra de votos con comales, gallinas, patos, borregos, chivos…) en los medios políticos las apuestas son en el sentido de cuándo declarará el TRIFE la validez de la elección: antes o después del primero de septiembre próximo. Los que saben de elecciones presidenciales, aseguran que será el 5 de septiembre el día clave.
¿Sí Andrés Manuel López obrador se sabe derrotado, por qué insiste con las protestas y pataleos? Se preguntarán muchas personas. Es su trabajo, y lo hace muy bien, es la respuesta. AMLO tiene que conectar y engarzar el anuncio oficial de su derrota y la protesta por lo que llama robo de la elección, con la campaña presidencial de 2018. Tiene que convencer y engatusar a sus seguidores y a sus cercanos, pera que continúen apoyándolo económicamente a partir de septiembre próximo.
El apoyo de gobernadores, senadores, diputados y alcaldes, de los tres partidos (PRD, PT y MC), que AMLO recibirá para su causa, anda rondado entre los dos y cinco millones mensuales, por seis años; todo depende del dramatismo que AMLO imprima a su actuación ¿no vale la pena? Ya falta menos; aguantar, es lo qué nos queda.
Cabe señalar que, congruentes con el dictamen del IFE, en el ámbito internacional se da como un hecho el triunfo de EPN y ya son muy pocos los países pendientes de expresar su reconocimiento y beneplácito al próximo Presidente de México.
Por lo pronto en el equipo del candidato triunfante y virtual Presidente Enrique Peña Nieto, se avanza en la conformación de lo que será su gabinete y el Nuevo PRI. Para el gabinete, se buscan los mejores cuadros, con perfiles de experiencia, capacidad probada y actitudes positivas, que transmitan a la población el cambio que se ha propuesto Peña Nieto.
Indubitablemente será un gabinete eficaz, de resultados, plural e incluyente, en el que participen las diferentes fuerzas políticas hacia un solo objetivo fundamental: el bienestar, seguridad y progreso de México y de los mexicanos.
Para el Nuevo PRI, la tarea se antoja compleja, pero no imposible: habrá que dejar atrás toda una cultura de conductas que la sociedad rechaza y buscar cuadros con perfiles acordes a la demandas de la población.
Por algo hay que empezar.
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