Date a desear

No hay nada peor que una persona se vuelva loca por ti cuando la atracción no fue mutua en la primera cita. Y es que la vida es injusta; a veces al hombre (o mujer) de tus sueños no le gustan inteligentes como tú.  Hay varias señales mientras están juntos, pero la prueba definitiva viene cuando se separan y comienza la interminable espera por el siguiente mensaje de su parte.

Como sea, si eres mujer, dadas las convenciones sociales en nuestro país, te toca esperar. Y si eres hombre, por favor practica el autocontrol y no intentes llamarla 45 veces para planear 3 años de tu vida a su lado. Eso realmente asusta.

Cuando crees que las cosas van bien, te mueres por preguntar  “¿cuándo nos vemos?” Y eso esconde las más oscuras intenciones; porque asumes que deben volver a verse. El compromiso que se genera con esa pregunta es enorme. Al menos no he sabido de alguien a quien hayan respondido con un “nunca”. Por lo general se hace un esfuerzo con algo como “Vemos, yo creo que en la semana” o un todavía peor “Tengo mucho trabajo, pero nos ponemos de acuerdo”

En esos casos lo único que te queda es aguantarte. Y si estás a punto de llamarle, piénsalo 2 veces. Ve a dar una vuelta, habla con tus amigos, ve al súper; cualquier cosa que te distraiga. Así tendrás tiempo de analizar qué es lo que está sucediendo y si las cosas durante el tiempo que se vieron, fueron tan maravillosas como creías. Darse a desear siempre es bueno, si no las madres mexicanas no lo recomendarían. Y ellas saben mejor que nadie, qué le conviene a sus hijos. “No te encontraron en la calle” y hacerse el interesante funciona bien, tanto si el interés es mutuo, como si no resultaste su media naranja.

Ni modo, a practicar la paciencia.