De la Sub-17 a los “Niños Sicarios” El padecer de una generación en México

Edgar es un joven mexico-estadounidense que en menos de un año mató a cuatro personas, desmembró sus cuerpos y los colgó en un puente. Tras un proceso de más de una semana a puerta cerrada, el juez le dictó una pena de tres años de prisión, sentencia máxima que un menor de edad puede recibir.

A a los 11 años Edgar “El Ponchis” comenzó a trabajar para una organización de narcotraficantes. Un año más tarde fue obligado a tomar drogas, secuestrar y asesinar gente para la organización. Así llegó a estar involucrado en numerosos casos de homicidio.

En junio pasado, luego de un intercambio de fuego entre Zetas y policías estatales y municipales de Jalisco, se detuvo a una muchacha de 16 años de edad. La niña, de apellido Mendoza, admitió haber recibido capacitación junto a otros niños de la misma edad, para convertirse en sicarios de la agrupación “Zetas” a cambio de 1,200 pesos quincenales.

Apenas el sabado, una niña “halcón” de 13 años fue aprehendida después de un enfrentamiento en Lagos de Moreno, Jalisco. La PGR citó la Constitución para argumentar que bajo cualquier circunstancia, un menor de 14 años no puede ser aprehendido ni privado de su libertad, por lo que “Perla”, como se hizo identificar, fue puesta en libertad y entregada a sus padres después de emitir su testimonio ante el Ministerio Público Federal.

Estos casos no son aislados, la Red por los Derechos de la Infancia estima que unos 30,000 menores realizan actividades para los cárteles: pasar droga o secuestrar migrantes y en algunos casos, como el de “El Ponchis“,  hasta cometer homicidios.

Utilizar menores de edad no es una práctica exclusiva de las bandas criminales mexicanas. Según datos de la ONU, las FARC tienen bajo su mando a más de 13.000 niños para dedicarse al despacho de droga, asesinatos y otras actividades delictivas. En Uganda, durante una década de guerra, el 90% del Ejército de Resistencia del Señor (ERS) eran menores. En Afganistán, hasta el día de hoy los talibanes siguen reclutando niños como terroristas suicidas.

En México hoy existe una generación contrastante formada, a la vez, por los bautizados como los nuevos niños héroes, los integrantes de la Sub-17 que ganaron el campeonato Mundial de Futbol, y los “niños sicarios“, una figura que aún cuando se repite cada día más, no deja de sorprendernos.

Es muy probable que la mayoría de los nuevos delincuentes sean resultado de familias disfuncionales, víctimas de la exclusión social.  Así, mientras que una parte de esa generación de mexicanos es la ganadora de los cambios positivos y la creación de nuevas oportunidades para la juventud, los niños sicarios son los grandes perdedores.

Se vale congratularse con la generación de nuevos niños héroes, sin embargo, ellos eran 11, y los niños sicarios ya parecen sumar ejércitos. ¿Dónde estará la solución?

Fuente: Noroeste.com