Decide que escuchar

En un día cualquiera o en un día especial, en buen momento o mal momento ¡Zaz!…

El comentario desafortunado, ese que proviene de personas especiales o de cualquiera, que con tan buen tino aciertan a tocar aquellos puntos que son importantes para ti, aquello que te es vital, o en lo que no has reparado, no has querido fijarte, en heridas aún abiertas o en temas sin resolver.

A veces sin previo aviso, otras acompañados de un “perdona que te lo diga, pero te lo tengo que decir…” o “con todo respeto… “ nos quitan la sonrisa del rostro, nos dejan un mal sabor de boca, nos hacen pasar un mal momento y desear que la tierra nos trague y a veces (si lo permitimos) puede arruinarnos todo el día o marcarnos para siempre y determinar nuestras decisiones futuras. No por nada se dice que las palabras tienen poder, para construir o destruir.

A veces son comentarios superficiales y frívolos sin “intención” de hacer daño, a veces van cargados de burla, ironía y mala intención, pero en ambos casos resultan tóxicos y si no estamos bien parados pueden causar bastantes estragos, en nosotros y en la relación que tenemos con la persona que realizó el comentario.

El saber decir como el saber callar es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, o no. Saber decir y saber callar requiere práctica y ser muy observadores, de nosotros y de nuestro alrededor. Hay personas que son muy cuidadosas con lo que expresan y miden palabra a palabra lo que dicen. Hay quien va por el mundo expresando todo cuanto piensan y sienten sin fijarse mucho en cómo serán recibidos esos mensajes.

Saber escuchar también es una habilidad que merece la pena desarrollar y en la que hay que poner cuidado, ya que muy frecuentemente dejamos pasar cualquier cantidad de mensajes de todo tipo y de cualquier persona permitiendo que alteren nuestro estado anímico, nuestro equilibrio emocional o haciéndonos pasar un mal rato, por decir lo menos (hay quien ha dejado que las palabras de alguien transformen en un infierno para siempre su vida).

¿Qué hacer ante esos comentarios?

• Blindar nuestra autoestima de tal forma que cualquier comentario sea sólo eso, un comentario y no se transforme en el eje rector de tu día o de tu vida. Considera que escuchamos a través de quienes somos, si estas lastimado o tienes asuntos pendientes es probable que andes a la defensiva y sientas que todo lo que se dice es contra ti.

• Aprender a filtrar lo que escuchamos. Cuando alguien diga algo que te molesta pregúntate ¿por qué me
molesta (me entristece, me lastima, etc) esto? ¿es por quien me lo dice? ¿qué tiene de fondo? No dejes pasar los comentarios “tóxicos”, recuerda, si no te hace crecer, no te hace sentir bien, no te contribuye, ¿para qué considerarlo o darle mayor importancia?

• Identificar ¿qué dice de esa persona lo que está diciendo? Con mucha frecuencia aquello que se dice habla más de la persona que lo que expresa.

• Recuerda que lo que escuchas no necesariamente es una invitación a reaccionar y “defenderte” o dar tu punto de vista, también puedes decidir dejarlo pasar.

• Construye una respuesta amable (incluso graciosa si lo tuyo es el buen humor) que pueda poner un límite a quien te está diciendo algo que te molesta o no te gusta.

Por último, decide que escuchas y a que le prestas atención. Comentarios hay muchos pero puedes decidir a que le das importancia, que dejas que pase por ti y crezca.

Déborah Buiza G.
Terapeuta y especialista en Desarrollo Humano.