Cientos de migrantes fueron trasladados a nuevos refugios en Francia el lunes, mientras las autoridades comenzaron a desmantelar el enorme campo llamado “La Selva”, en Calais, donde todos vivían, justo a un costado del canal inglés.
El país asegura que está cerrando este refugio por razones de salubridad y porque las condiciones eran inhumanas para aquellos que ahí habitaban, mientras esperaban poder cruzar el canal.
Muchos de los migrantes habían llegado a vivir ahí tras huir a Europa de las guerras de Siria y Afganistán.
En el último intento para demoler este campo, los migrantes protestaron y lanzaron rocas contra los policías, quienes tuvieron que usar gas pimienta para controlarlos.
En esta ocasión, las autoridades no han tenido que usar la fuerza y lograron evacuar a los extranjeros, quienes sólo pudieron llevarse sus pertenencias, sin saber a dónde los llevarán los autobuses.
Los migrantes buscan cruzar a Inglaterra, pues hablan más inglés que francés y creen que allá hay más oportunidades laborales para ellos.