La policía de Guadalupe, Nuevo León, recibió denuncias que aseguraban que un auto blanco transportaba un cuerpo envuelto con una sábana blanca en el asiento trasero.
El vehículo sospechoso era conducido por Felipe Monsiváis, de 30 años, y Tomás Monsiváis, de 23.
Pero estos jóvenes no transportaban un cadáver, sino un caballo que aseguraron que estaba “empachado”.
El animal estaba atado de las patas e iba cubierto con una cobija.
Las autoridades llamaron a Control Animal para supervisar el posible maltrato que había sufrido el equino.