Los investigadores declararon que la acusada cubría la guardia de cuidados intensivos en el Centro Médico de la Universidad de Ulm en Alemania.
De forma repentina cinco bebés recién nacidos presentaron síntomas de dificultad para respirar que podían ser mortales.
Las autoridades arrestaron a la enfermera después de que los investigadores encontraron una jeringa que contenía leche materna y restos de morfina en su casillero.
Se le acusa por intentar envenenar a cinco bebés prematuros con morfina.
Los bebés que tenían de un día a un mes de nacidos, inesperadamente desarrollaron problemas respiratorios “casi al mismo tiempo” en las primeras horas del 20 de diciembre.
A los afectados se les suministro la atención médica necesaria para salvarlos a tiempo de que sufrieras más problemas de salud que causaran la muerte.