Gabriel Gutiérrez García
DishDaa´W, ‘La palabra se entreteje en la comida infinita’; La vida de Abigail Mendoza Ruiz es el título del libro escrito por Concepción Silvia Núñez Miranda publicado bajo el sello de la Fundación Alfredo Harp Helú.
Abigail Mendoza es una cocinera tradicional de origen zapoteca que se ha proyectado a nivel internacional, gracias a la cocina que desarrolla en el restaurante Tlamanalli en Santa María, Teotitlán del Valle, Oaxaca.
La historia de vida de Abigail fue recopilada por Concepción Silvia Núñez Miranda con las fotografías de Cecilia Salcedo, bajo el encargo de María Isabel Grañén Porrúa esposa del empresario Alfredo Harp Helú.
Abigail es la 3ª integrante de una familia de 10 hermanos; indígena zapoteca, mujer, tejedora y cocinera tradicional que ha llevado el sabor de sus moles y preparaciones alrededor del mundo, admirada y reconocida por Diana Kennedy, Patricia Quintana y Carmen “Titita” Ramírez Degollado, todas ellas grandes cocineras, chefs, investigadoras y promotoras de la cultura gastronómica de México.
El libro se divide en varias capítulos: una introducción la historia de niña, de sus recuerdos, de la escuela, de las ganas de cocinar de Abigail; su vida cotidiana, el pueblo, el tequio, la solidaridad, las fiestas y celebraciones, las responsabilidades, los metates y los telares pues además de cocinera, Abigail es tejedora de tapetes de fama internacional (su padre, Emiliano Mendoza Martínez, le tejía piezas a Toledo); el sabor del téjate, del chocolate atole, los metates para cada ingrediente, el curado y cuidado de los mismos, el fogón, los chiles e ingredientes.
El tercer capítulo se dedica a los rituales y costumbres, los cotidianos, por llamarlos así, y los especiales, los dueños de la tierra, las vírgenes y los santos patronos, el ir al mercado, la preparación de las tortillas, las fiestas.
El capítulo 4 retrata Teotitlán con sus fiestas y su sincretismo entre las reminiscencias prehispánicas y la religión católica, las bodas, la comida que en enorme escala se prepara; el capítulo 5 se le dedica a la vida cotidiana y la salud, la cura del barro, los duelos, el mal de ojo, los sustos, las hierbas, los temazcales la esencia pues del conocimiento heredado y trasmitido de generación en generación. El capítulo 6 se encuentra dedicado a Tlamanalli, el restaurante que desde 1990 ha dado de comer a gobernadores, Presidentes de la República, ex presidentes de Estados Unidos, artistas, cantantes y un sinnúmero de personas que han conocido el sazón y la pasión por cocinar de Abigail, esa misma pasión que su padre vio y que impulsó a que pusiera su restaurante.
Si alguna figura destaca en el libro es la del padre de Abigail, ya fallecido. Está también evidenciado el machismo y la misoginia, las tradiciones contra las cuales ha tenido que enfrentarse Abigail, los viajes, los sueños y por supuesto las recetas; y aquí hay que detenerse: no es un libro de recetas, para aquellos que menosprecian los libros de cocina porque no tienen recetas, como si las recetas no tuvieran historia de vida atrás.
De hecho son muy pocas las recetas y qué bueno, pues no tendría caso que tuviera muchas, se requieren años de experiencia para hacer un coloradito, un tejate o un chocolate-atole. De hecho muchos de esos platillos son locales y aunque no imposibles de hacer fuera de su contexto sociográfico, sí implican retos para su elaboración fuera de su contexto.
DishDaa´W La palabra se entreteje en la comida infinita. La vida de Abigail Mendoza Ruiz/ Núñez Miranda; Silvia Concepción. México, Fundación Alfredo Harp Helú, Proveedora Escolar, 2011, 224 p.