cuando en realidad buscaban desconocidos para tener sexo casual en parques o callejones. Así fue como nació el dogging, práctica sexual que abandonó la clandestinidad para convertirse en la última perversión de los europeos y tema de moda en la web.
En el dogging, las personas van a lugares públicos para tener sexo con desconocidos. Las reglas son básicas: se hace la propuesta, se acepta, se tiene el encuentro y después cada quien toma su camino.
Al ser en lugares públicos, el vouyerismo está permitido y en muchos casos, la participación de terceros que solo toquetean o se masturban. Los participantes son de todas las edades y se trata de relaciones consensuadas. Por supuesto este tipo de prácticas significa una serie de riesgos que deben ser tomados en cuenta, desde una enfermedad hasta un asalto, pero eso es parte del encanto. ¿Qué opinas? ¿Te atreverías a intentarlo?