Se marchó como había llegado: a lomos de la retórica incendiaria que le lleva regalando titulares, y apoyos, desde que anunció su candidatura presidencial en junio. Donald Trump, con un 23,4% de intención de voto según Fox News, casi el doble que el siguiente más popular, el exgobernador de Florida Jeb Bush, abandonaba Cleveland 45 minutos después de finalizar el primer debate republicano de los seis que jalonan la campaña hasta las primarias.
El magnate neoyorquino, capilar, deslenguado y televisivo, se presentó con munición en los bolsillos. “No tengo tiempo para la corrección política total”, espetó a la presentadora a los pocos minutos de empezar, y repasó uno por uno los temas que le han hecho ser el foco de atención. “Si no fuese por mí, no estaríais hablando de la inmigración ilegal (…). Necesitamos construir un muro (en la frontera con México). Necesitamos mantener fuera a los ilegales”.
El millonario, que no ha desempeñado cargo público alguno y que se presenta como un empresario exitoso ajeno a la maquinaria política, condenó la corrupción basándose en su propia experiencia: “Nuestro sistema está roto. Yo doy a todos (los políticos); cuando llaman, doy, ¿y sabes qué? Cuando necesito algo de ellos años después, les llamo y están ahí para mí. Eso es un sistema roto”.
Fuente: El Confidencial