En 2010, asimismo, Kelly se convirtió en el militar estadunidense de más alto rango en haber perdido a un hijo en combate en el siglo XXI, luego de que Robert Michael Kelly muriera al liderar un pelotón durante la invasión de Estados Unidos a Afganistán.
Como comandante del Comando Sur, Kelly a menudo coordinaba tanto los esfuerzos entre las dependencias del gobierno para detener cargamentos de droga y el tráfico humano, así como las estrategias contra el terrorismo, la protección de los derechos humanos y la cooperación multinacional.
“Las décadas de servicio militar del general John Kelly y su profundo compromiso en combatir las amenazas del terrorismo dentro de nuestras fronteras lo convierten en la selección ideal para servir como nuestro secretario del Departamento de Seguridad Nacional”, dijo Trump.
En un comunicado, el presidente electo destacó que Kelly es “la persona adecuada para liderar la urgente misión de detener la inmigración ilegal y asegurar nuestras fronteras”, además de que coordinará labores de inteligencia y supervisará la Oficina de Seguridad en el Transporte (TSA).
Kelly expresó que “el pueblo de Estados Unidos votó en esta elección para detener el terrorismo, recuperar la soberanía en nuestras fronteras y poner un alto a la corrección política que por demasiado tiempo ha dictado nuestro enfoque sobre seguridad nacional”.
Grupos civiles criticaron la nominación de Kelly, anticipada desde la semana pasada, por sus comentarios de que la migración es “una amenaza existencial” para Estados Unidos durante la ola de refugiados menores de edad de Centroamérica a este país.
Javier Valdés, codirector del organismo Se Hace Camino Nueva York, consideró que Kelly es “otra problemática evidencia de un gabinete cada vez más militarizado y anti-inmigrante”.
“Cualquiera que llame a los inmigrantes una amenaza existencial a este país no está capacitado para dirigir el DHS. Los inmigrantes son parte esencial del tejido de nuestra nación, y nuestras comunidades se rehusan a ser vilipendiadas”, afirmó Valdés.