Durante 17 años buscó a su hijo, perdió todo menos la esperanza

Ye Jinxiu, una mamá china, buscó durante 17 años a su hijo, secuestrado en 1993. En su incansable búsqueda lo perdió todo: su casa, su familia, su esposo y cada cosa que supo conocer antes de que le arrebataran a su niño.

Cuando su hijo tenía seis años y le fue arrebatado, empezó su peregrinar: recorrió diez provincias, recolectó basura, lavó platos, pidió prestado y durmió en parques. Casi muere antes de que su marido le implorara que se detuviera. Pero finalmente él también se fue.

Su tenacidad le dio frutos y encontró a su hijo. Y cuando se reencontraron, él ni siquiera la abrazó. Apenas se quedó con ella un año y también se marchó. Y nunca más supo de él desde entonces.

Han pasado dos años desde que su hijo se fue por voluntad propia. Ye Jinxiu no se arrepiente de haber perdido todo y pasar 17 años buscándolo; y hoy vivir sin techo, sola y sin saber de él.

Actualmente ella vaga por las calles de Fuzhou en la costa Este de china ayudando a otras familias a encontrar a sus hijos.

Muchos niños son robados en las regiones más pobres de China y vendidos a familias en la próspera costa Este.

Se estima que decenas de miles de chicos, la mayoría de ellos varones, son secuestrados. Debido a la política de un solo hijo, muchas parejas no tienen niños varones. Estos pequeños robados irán a parar seguramente a esas familias. Otros motivo para el secuestro es su posterior venta a redes criminales.

China no publica cifras de cuántos niños son secuestrados cada año. Pero sólo en los 10 primeros meses de 2013 dijo haber rescatado a 24 mil, probablemente sólo una fracción del total de casos.