El Archivo General de la Nación (AGN) celebrará 225 años de historia, siendo sede del principal evento archivístico internacional del año, la Conferencia ALA-ICA 2017, que por vez primera se realizará en América Latina; y México será el país anfitrión del 27 al 29 de noviembre y el tema principal será: Archivos, Ciudadanía e Interculturalismo.
El Archivo General surgió de la mano del virrey Juan Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, cuando él mismo redactó, a partir del 14 de julio de 1792, las Ordenanzas para el Archivo General que ha de establecerse en el Palacio de Chapultepec, derivadas de la Real Orden del 28 de abril de 1792.
Esta disposición archivística estipuló que los documentos generados antes de 1760, por la administración virreinal, debían ser remitidos a lo que sería el Archivo General y, en lo sucesivo, cada década las dependencias del virreinato enviarían sus expedientes con una antigüedad de treinta años.
Dichas Ordenanzas, compuestas de 81 artículos, sirvieron para especificar la importancia, el funcionamiento y las características que debería tener el Archivo. Además, se mencionaba la trascendencia de éste, como lo era el reunir en un solo sitio las noticias del virreinato que encerraban y guardaban “resoluciones y providencias exquisitas que hacen la veneración de las leyes y de los legisladores que han precedido y tal vez los motivos originales que ilustrarían la ignorancia de ellos y su época”.
El objetivo primordial de aquéllas, además de alcanzar “las ventajas de un Archivo General bien ordenado, asistido y manejado por personas inteligentes”, era la “erección de un común depósito de reales cédulas, órdenes, providencias, ordenanzas, instrucciones, procesos, instrumentos públicos, cuentas, padrones y demás papeles antiguos, que sepultados en diversas oficinas y cubiertos de polvo, ocultan bajo de sí las noticias más preciosas e interesantes”.
El Archivo General fue ideado con la finalidad de recoger, colocar y custodiar los papeles de las diferentes oficinas de gobierno. En ese sentido, podemos considerar a Revillagigedo como un estadista convencido de que los archivos son, ante todo, pilares y herramientas del buen gobierno y administración.
Aunque se previó que el Archivo estuviera originalmente en el Castillo de Chapultepec, nunca se llevó a cabo. Desde su creación permaneció en Palacio Nacional, hasta 1971 cuando el espacio que ocupaba en dicho recinto fue insuficiente, por lo que su acervo se trasladó a dos nuevas sedes: la casa amarilla de Tacubaya —hoy Delegación Miguel Hidalgo— y el Palacio de Comunicaciones —hoy Museo Nacional de Arte—. A partir de 1977 se determinó que el edificio que ocupó la cárcel preventiva del Distrito Federal fuera destinado a la casa de la memoria de México, siendo inaugurada en 1982 como la sede del Archivo General de la Nación.