Marcelo Ebrard salió del país con rumbo a París, rumbo al auto exilio que él mismo provocó por una serie de errores que ya no tienen solución.
Su camino al precipicio inició hace tres años, cuando el entonces Jefe de Gobierno le ganó dos de las cinco preguntas a Andrés Manuel López Obrador. Dejó que el tabasqueño se quedara con la candidatura que le correspondía.
Luego en 2012 erró al crear su tribu, Movimiento Progresista y después equivocó de aliado al buscar el apoyo de René Bejarano.
Y llegó su mayor desastre: la Línea 12, con todas sus consecuencias y graves faltas, de lo que se le hace totalmente responsable.
En septiembre de 2014: su grupo quedó reducido a 2.5%. Se lanzó contra la dirigencia perredista, para luego inscribirse como aspirante a diputado federal por el partido al que golpeaba en cada declaración. Ebrard buscó a Dante Delgado no por congruencia ni por ideología, sino por sobrevivencia.
Y recientemente se quedó sin partido, sin candidatura y sin nada, el Tribunal Electoral lo frenó en seco y le retiró la candidatura plurinominal por haber participado en dos procesos internos durante el actual proceso electoral.
Esta mañana se supo que salió a París, un rumbo del que se desconoce cuándo regresará.