A sus 20 años, Cristóbal Miguel García Jaimes emprende un proyecto para alejar a los más vulnerables del narcotráfico: niños y adolescentes.
El joven, de origen indígena perteneciente a la etnia cuitlateca, es oriundo de San Miguel Totolapan, Guerrero, un estado donde el crimen organizado ha desatado la violencia dejado muerte, secuestros, y desaparecidos. Este ambiente, aunado a la pobreza, lleva a muchos menores a ingresar a las filas del crimen organizado.
Ante esto, el estudiante de Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidió crear, hace dos años, la fundación Ciencia sin Fronteras, un proyecto con el objetivo de ofrecer una alternativa a los menores que los aleje del crimen organizado.
El joven emprendedor recolecta computadoras viejas o descompuestas, las repara y actualiza para que puedan ser reutilizadas. Con ellas, niños desde los ocho años están aprendiendo a programar y diseñar software y hardware.
Cristóbal busca patentar y vender sus programas a la industria, y así ayudar a menores a salir de la pobreza y estudiar para no involucrarse con el crimen organizado; esto es lo que detalla un video de Yahoo México.
Con ayuda de Cristóbal, un grupo de menores ha creado una playera para ciclistas con sensores, acelerómetros y luces led.
Tras desarrollar el acelerador de partículas más barato del mundo, tan sólo con 50 dólares, el joven recibió el Premio Nacional de la Juventud en el 2014 y el título de ‘El Chico Partículas’.
Recientemente, el guerrerense participó en un foro de la ONU para promover la tarea de su fundación y los esfuerzos por difundir la ciencia como vías para lograr la paz.
Con información de Entravisión