Cuando una mujer por fin supera a su exnovio, no lo quiere volver a ver en su vida. No le tomará llamadas, no se meterá a su Facebook y, por supuesto, no saldrá con él ni a la esquina. No así con lo hombres. Ellos -presuntamente- pueden ver a su ex-pareja sin mezclar toda la serie de sentimientos que involucramos las mujeres.
Los encuestados para esta columna dijeron que, si ven a la antigua novia, se dan cuenta que le tienen cariño; ya que fue una parte importante de su vida. Pero saben que no significará nada más. Con las mujeres eso es imposible. Si están ahí sentadas, existe una segunda intención.
A veces no se trata de recuperar la relación, sino de recibir disculpas, saber que las extrañan, o probar si son capaces de causar una infidelidad. (Suena a telenovela, pero acéptenlo; a veces les hubiera encantado que su ex les propusiera algo y así probarse, por lo menos, mejores en la cama que la novia en turno)
Y porque sabemos cómo pensamos, nos hace ruído que se acerquen a nuestras parejas. ¿Qué tienen que hacer esas lagartonas cerca? Es obvio que lo extrañan, pero si lo dejaron ir, entonces que se busquen otro. Todo sería más fácil si cada una de las personas que dejamos atrás se desintegrara. Aunque sería difícil definir un criterio para saber quién queda vivo.
Como no existe dicho desintegrador, la mejor forma de saber si estás lista/o para una nueva relación es responder estas preguntas:
¿Tienes ganas de encontrarte al ex? ¿Te gustaría que te viera con tu nuevo novio? ¿Quieres topártelo con una vieja bien fea?
Si presentas cualquiera de esos síntomas, entonces no lo has superado.
