El efecto Jolie pone a pensar…

Ya lo llaman “efecto Jolie”. Desde que la actriz comunicó que se había sometido a una doble mastectomía profiláctica, la noticia no solo se convirtió en trending topic, además enardeció el ánimo de miles de mujeres afectadas por cáncer de mama, el segundo con mayor incidencia en el mundo.

“¿Todas podemos ganar la batalla al cáncer incluso antes de recibir diagnóstico o hay mejor pronóstico cuando el apellido es Jolie?” En las consultas de oncología, la pregunta se repite insistentemente.

Javier Benítez, director del Programa de Genética del Cáncer Humano en el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), trata de disipar la duda: “Cuando en una persona se identifica alguna de las características del cáncer hereditario, alrededor de un 5% de los cánceres de mama lo son, el clínico debe remitirla a una unidad especializada, para que sea valorada por un genetista.

Este determinará el riesgo y valorará la posibilidad de llevar a cabo estudios genéticos específicos en otros miembros de la familia, para determinar su condición de portadores o no de la alteración genética”.

Actualmente conocemos dos genes, BRCA1 y BRCA2, responsables de muchas de las familias con una alta carga de cáncer. Estos genes se transmiten de una generación a otra, y por eso hay familias en las que la abuela, la madre y la hija han desarrollado un cáncer de mama o de ovario.

Es el caso de Angelina Jolie: su madre y su tía han fallecido porque eran portadoras de una mutación genética en el gen BRCA1.

Fuente: Quo.es