Debido a diversos factores, el hombre es más indisciplinado para cuidar su salud que la mujer. Esto se da, sobre todo, en cuanto a la prevención de enfermedades, pero también hay una diferencia en cuanto a las visitas al médico por dolencias específicas.
Existe poca difusión en cuanto a las enfermedades que pueden aquejar específicamente al hombre. Además, muchas representan temas tabú, como el cáncer de próstata, que el hombre no está dispuesto a enfrentar. Aunado a lo anterior, socialmente el rol de género con el que carga el hombre lo coloca en una posición obligada de fortaleza y resistencia al dolor ante cualquier tipo de padecimiento, no obstante que requiere la misma atención médica que las mujeres.
La falta de información, aunada a la incomodidad de ciertos temas, hacen que los hombres no asistan al médico. Ejemplo de esto es el examen para prevenir el cáncer de próstata, que en un principio sólo es por análisis de sangre, evitando el tacto rectal.
Un estudio realizado en la Ciudad de México por la investigadora Sara Fernández Moreno de la Universidad de Antioquia, Colombia, reveló la poca disciplina de los hombres ante los tratamientos médicos, por lo que los doctores no confían en ellos para que se puedan recuperar. Esto hace que sólo quieran explicar al hombre el procedimiento, en términos generales, y las especificidades del tratamiento a sus esposas o a alguna mujer que se pueda hacer cargo del cuidado rutinario del hombre.
Datos de la Secretaría de Salud del DF demuestran que la mayor causa de ingreso hospitalario de los hombres se debe a traumatismos y accidentes, por lo que los casos de prevención son menos.
Fuente: Excelsior
Foto: RPP