El padre de la psiquiatría, Sigmund Freud, era adicto a la cocaína

Uno de los principales defensores médicos de la cocaína era un neurólogo vienés: Sigmund Freud. Él comenzó a estudiar los efectos de la cocaína en 1884, y sus apuntes clínicos demuestran que su sujeto experimental favorito era él mismo.

Al principio, Sigmund estaba ansioso por emplear la cocaína como un antídoto contra la adicción a la morfina de su mejor amigo, Ernst Fleischl-Marxow, quien era un brillante psicólogo que se lastimó el pulgar al diseccionar un cadáver, lo que resultó en un dolor crónico que sólo se calmaba con grandes dosis de morfina.

Hace casi 130 años, la cocaína era el más nuevo fármaco milagroso— promocionado como una cura para todo, desde la adicción a la morfina hasta la tuberculosis. Y su más grande defensor fue Sigmund Freud.

Sustituir un fármaco adictivo con otro era una manera común en el tratamiento de abuso de sustancias a finales del siglo XIX, lo que solo creó nuevos y mejorados adictos.

El doctor Howard Markel, es profesor de historia de la medicina de la Universidad de Michigan, es el autor de An Anatomy of Addiction: Sigmund Freud, William Halsted, and the Miracle Drug Cocaine (Pantheon).

Fue así como Freud transformó a su amigo completamente funcional, aunque dependiente de los opiáceos, en un confundido adicto a la cocaína y a la morfina quien murió siete años después a los 45 años.

A pesar de esto, Freud continuó atrapado en su adicción. Durante los siguientes 12 años, él siguió con los elogios y el consumo de una gran cantidad de cocaína para calmar sus dolores físicos y angustias mentales.

Fuente: CNN México