El Papa Francisco sorprende de nuevo al poner el ejemplo , esta vez bendijo a una persona enferma en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El hombre padece de una enfermedad llamada neurofibromatosis, la cual produce tumores en la piel y deformidades en los huesos.
La enfermedad no es contagiosa pero por su apariencia hace que las personas que la padecen sean rechazadas y temidas.
Francisco acogió al hombre y tomó su cabeza entre sus manos durante varios minutos, después de esto pidió a los fieles que recen por los enfermos:
“A menudo somos demasiado secos, indiferentes, distantes y en lugar de transmitir fraternidad, transmitimos mal humor, frialdad, egoísmo. ¿Y con el mal humor la frialdad y el egoísmo podemos hacer crecer la Iglesia? ¿Se puede hacer crecer toda la Iglesia? No”, ha subrayado.