El Papa Francisco pidió por una iglesia que sea menos rígida y más compasiva hacia los católicos “imperfectos”, como los divorciados.
Jorge Mario Bergoglio dijo que las personas homosexuales deben ser respetadas, pero reiteró la posición de la iglesia de que no había “ninguna base” para que las uniones del mismo sexo se comparen con el matrimonio heterosexual.
“Nadie puede ser condenado para siempre porque esa no es la lógica del Evangelio. Aquí no sólo hablo de los divorciados y de los que se vuelven a casar, sino de todos, en cualquier situación en la que se encuentren”, escribió el Papa.
En un libro llamado La Alegría del Amor, el Pontífice citó a Martin Luther King, al escritor argentino Jorge Luis Borges y también a la película “El festín de Babette” para presentar sus argumentos por una iglesia más misericordiosa.
El Santo Padre llamó al “discernimiento responsable, personal y pastoral de los casos particulares”.