El papel de las mujeres en la guerra contra el narcotráfico, Ciudad Juárez

Este fin de semana, el New York Times publicó en una de sus editoriales la historia de Nancy Lilia Nuñez, una joven de 22 años, madre de 3 hijos, que cumple una condena de 25 años por el secuestro de otra joven de 15 años de edad.

La historia de Nancy se pierde entre las de centenares de mujeres que nacen y crecen en una de las ciudades más infectadas por el crimen y la delincuencia en todo el mundo: Ciudad Juárez.

Las circunstancias de vida que estas mujeres padecen, te obligan a debatir entre señalarlas víctimas de las malas compañías y del entorno, o como verdaderas criminales que merecen pasar décadas en prisión.

A partir de 2007, el número de mujeres en prisión por incurrir en delitos federales ha aumentado en un 400%. Actualmente, la población femenina en prisión asciende en más de 10,000.

El incremento en las cifras de mujeres en prisión pueden atribuirse, en parte, a los cárteles de droga que han expandido sus actividades dentro del crimen organizado, adhiriendo a su filas a cuantos puedan,  incluyendo a centenares de mujeres.

Las mujeres participan en la cadena de delitos como “mulas”, homicidas o seductoras de potenciales víctimas de secuestro. Aunque su incursión no tendría por qué sorprendernos, pues cada día son más la mujeres que se involucran en distintas ramas del mercado laboral, incluyendo el tráfico de drogas.

Los testimonios de estas mujeres revelan que gran parte de ellas son usadas por sus novios y parejas para cometer algún delitopor amor”. Otras tantas aseguran haber participado para hacer dinero y cubrir las necesidades básicas de sus hijos, al final, cualquiera que sea el motivo, estas mujeres aseguran sentirse solas y poca comprendidas

Karla Solorio, de 26 años, recluida en el Cereso de Ciudad Juarez cumpliendo una condena por delitos relacionados con el narcotráfico, asegura que no pasa una noche sin pensar en un pequeño hijo de 7 años: “No soy alguien con un trabajo o con una familia, aquí soy simplemente una prisionera”

Ellas son solo una muestra de la transformación a la que la sociedad se encuentra sometida tras la guerra que disputan las fuerzas federales y el narcotráfico. Ya nada nos sorprende: menores de edad, madres de familia, el crimen organizado no discrimina.

Fuente: New York Times