Tras su captura, fueron develadas las fotografías del escondite donde Michael Dunn tenía captiva a su víctima, una joven, a quien violaba y golpeaba desde que era menor de edad.
Este pedófilo tenía como prisioneras sexuales a varias mujeres en su casa y a una adolescente la tenía escondida detrás de una pared falsa, atrás de un refrigerador y custodiada por pastores alemanes.
El hombre de 57 años convencía a las jóvenes de que tenían una relación con él y después las violaba mientras dormían.
La corte lo encontró culpable de 16 cargos: 10 por violación, 3 por asalto indescente y 3 por falso encarcelamiento.