El recuento de los daños

La semana pasada el aún Presidente Felipe Calderón se dedicó, como la hará hasta el último día de su mandato, a inaugurar una obra tras otra, algunas de gran magnitud como la Central Hidroeléctrica la Yesca o Alfredo Elías Ayub con 750 Mega Watts de capacidad instalada.

El común denominador de todos los actos fue hablar de la generación de empleos durante su sexenio y en particular del periodo enero-octubre del presente año, donde el saldo positivo fue de 865 mil empleos formales, “la mayor cantidad de empleos registrada por el IMSS en toda la historia” recalcó en diferentes eventos, para sumar en lo que va del sexenio 2 millones 171 mil, siempre resaltando que si se toma en cuenta el contexto de crisis que azotó a las economías mundiales en los últimos años era una cantidad muy positiva. ¿Por qué la reiterada disculpa?

La razón es muy simple, Felipe Calderón centró su campaña electoral para la presidencia de 2006 en el empleo: “Seré el Presidente del Empleo” señalaba en sus giras proselitistas, “se generarán cuando menos un millón de empleos al año”, una vez pasada la elección corrigió a la baja su expectativa a 800 mil empleos al año, es decir, 4 millones 800 mil empleos durante su sexenio.

Para su desgracia, la de México y los mexicanos: No Cumplió! Logró poco más del 45 por ciento de lo que prometió, pero más que una promesa incumplida, es que la necesidad más importante de México quedó muy insatisfecha.

No tomo el reto de negociar, ceder ni intercambiar con las diferentes fuerzas para lograr los acuerdos políticos que se requerían en vías de la construcción del México que él y todos queríamos, y seguimos queriendo.

El mayor error de Felipe Calderón no fue en si mismo la guerra en contra del narcotráfico, sino escoger una trinchera donde no requería de la aprobación de un Congreso sin mayoría y dividido que lo desgastara.

Estamos a 18 días de que termine su sexenio, unos querrán recordarlo como el “Valiente Presidente” que enfrentó al narcotráfico, otros como el “Cobarde Político” que no enfrentó al Congreso, para su desgracia y para la de la Historia, la cantidad de sangre derramada se lleva como “Sandy” el asfalto de su obra carretera, su mayor logro.

Recapitulando, el mayor acierto de Enrique Peña Nieto tendrá que ser concertar, sumar y construir para lograr lo que la mayoría de los mexicanos anhelamos y que él prometió, un gobierno eficaz, por lo pronto a pesar de no haber asumido la presidencia aún, todo indica que enfrentará el reto de frente a pesar del contexto en el que va a operar, en estricto sentido, ya lo está haciendo, y para muestra un botón: La Reforma Laboral.

Lic. Rafael Zaga.

@razagave