El tremendo caso de Leah Palmer ‘la ladrona de perfiles’

La mujer de la imagen es Ruth Palmer y está felizmente casada con Benjamin Graves, el hombre de la foto.

Ruth descubrió recientemente que durante los últimos tres años alguien ha estado robando sus fotografías, de su familia y de sus amigos en las redes sociales y armando una red de perfiles falsos que se comunican entre sí.

Esta persona, que se hace llamar Leah Palmer, describió al marido de Ruth como “psicótico ex” en su versión de las fotos y tuvo relaciones online con al menos seis hombres diferentes.

Todos ellos pensaban que estaban conectándose con Ruth, la mujer de la imagen.

Mientras que la Palmer auténtica tiene 140 seguidores en Instagram, Leah tiene más de 800 y todas sus fotografías (más de 900) son de Ruth y sus amigos.

Ruth recién descubrió a su “doble virtual” en enero de este año.

“Un día una de mis viejas amigas de la universidad me envió un mensaje:’¿Has visto esta imagen? ¿Sabes de quién es?'”, le contó a la BBC.

“Me mandó una de foto donde yo aparecía con algunos amigos de la universidad de hace cuatro años, pero era una captura de pantalla de la cuenta de Instagram de otra persona”.

Ruth y su amiga miraron la cuenta y vieron que tenía un montón de imágenes.

“No sólo mías, también había fotos de mis amigos”.

Cuando Ruth vio que la falsa Leah estaba contactando hombres con estos perfiles, consiguió hablar con algunos de ellos a través de Skype, siempre acompañada de su marido.

En seguida se daban cuenta de lo que había pasado, cuenta Ruth, porque la Leah con la que habían hablado por teléfono tenía un acento completamente diferente.

“Algunos de estos hombres tenían relaciones online con ella, habían intercambiado imágenes explícitas… No puedo ni imaginarlo”.

“Uno de ellos había roto con una novia real para tener una relación por internet con esta chica que pensaban que era yo”.

Un hombre le contó que había encontrado a Leah en Tinder.

“Yo ni siquiera sabía lo que era Tinder“, dice Ruth.

Ruth trató de llamar a Leah al número de teléfono que le había dado a sus citas.

“Tenía dos teléfonos. El primero sonó, atendió, solo llegué a decir ‘hola’ y ella colgó en menos de dos segundos”.

“Después de alrededor de una semana los números ya no estaban en uso”.

La verdadera Palmer contactó a las compañías de redes sociales que le dijeron que Leah había sido rápida para eliminar los perfiles falsos, pero pronto proliferaron otra vez.

La policía le ofreció apoyo, pero como no se había cometido ningún crimen y la persona no usaba el nombre completo de Ruth, poco pueden hacer.

Ruth dice que siempre mantuvo sus cuentas con la configuración de privacidad máxima. Finalmente decidió difundir su experiencia para llamar la atención sobre casos como estos.”¿Qué puedes hacer si algo va mal en las redes sociales? Tiene que haber algo, así sea apoyo o un cambio en las leyes”, menciona.

 

Fuente: BBC Mundo