Se trata de La Habana, la capital cubana a donde llegó el WiFi público hace menos de un año para sacudir la realidad de sus pobladores.
La Rampa, una concurrida calle que va desde el Malecón hasta el famoso cine Yara, es una zona de conexión. En las esquinas de las seis cuadras que la componen, decenas de personas se reúnen pero no se miran. Cada quien está concentrado en su dispositivo.
En la mayoría de los dispositivos está abierta la misma aplicación: imo. Este programa es similar a WhatsApp y Skype y sirve para hacer videollamadas con seres queridos que están fuera de Cuba, ya que es más barato que las llamadas telefónicas. Sin embargo, el acceso a internet sigue siendo un privilegio con el que cuentan pocos cubanos.