Elba Esther Gordillo dio la nota

Por Rafael G. Vargas Pasaye.-

El lunes pasado inició el ciclo escolar en todo México, como es costumbre el Presidente de la República fue a una escuela de enseñanza básica a hacer los honores de la inauguración, y como ha sido costumbre también, lo acompañaron el Secretario de Educación Pública en turno, y la Presidenta Vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.

El hecho de por sí ya era noticioso, hacía varios días que no se veía en público a la también conocida como “Maestra”, y luego de que hace seis años el entonces candidato Felipe Calderón y ella fueron en equipo para competir y ganar la elección, ahora el Partido Nueva Alianza decidió ir independiente del resto de partidos.

El morbo tuvo su premio. El discurso de la dirigente sindical fue contundente, sin embargo la mayoría de los medios de comunicación se fueron por la pifia, el error, la denostación y lo que vendría en las redes sociales en lo inmediato. El disparate en el uso de una cifra y la aparente confusión sobre una anécdota deportiva fue lo que se mantuvo en los comentarios del día y los noticieros de la tarde.

Pocos escudriñaron en las palabras de la exsecretaria General del Partido Revolucionario Institucional, no se necesitaba mucho esfuerzo o análisis para entender que ella le decía al presidente ‘gracias y que le vaya bien, yo aquí estaré para recibir al siguiente mandatario’, obvio, con otras palabras.

El mismo morbo se levantó alrededor del acto porque Milenio Diario en una nota que llegó a preliminar en el cintillo de la portada pero no era la nota principal, se volvió el tema de mayor atracción para el momento, en ella se retomaban unas declaraciones de la dirigente sindical quien un día antes (domingo) en Nuevo León había dado entender que se retiraba de la vida política y sindical.

Una vez más presenciamos cómo la distracción es útil en la comunicación. Pues pese a que los reporteros en las clásicas declaraciones posteriores al evento le preguntaron sobre la validez de esa afirmación, ella en su estilo clásico de responder con frases cortas y bien preparadas, dejó en claro que “sí pero no”.

Lo que siguió fue el movimiento en diversas redes sociales y medios de comunicación tradicionales sobre sus fallidas declaraciones ya mencionadas. La nota pues no fue si se va o no del sindicato (o ¿cuándo se va?, en ese punto ella mencionó una reunión sindical en octubre, logrando con ello atraer la atención de los medios de nueva cuenta, quienes estarán pendientes de lo que suceda en dicha plenaria), tampoco la nota fue el aplauso de despedida que le dio al Presidente Felipe Calderón. La nota pues fue la pifia, no la realidad.

Una apurada conclusión de este ejemplo es que la inmediatez de los medios conjuntado con la “cobertura” que ofrecen las redes sociales, aunado a un ambiente periodístico que premia mayormente la declaracionitis por encima de la investigación (en buena medida de nueva cuenta por las prisas y la reacción), es que no estamos dejando el espacio necesario para pensar y analizar los fenómenos sociales que acontecen.

Se pasan por alto los procesos de decodificación, a ese evento le sigue otro, y la nota cambiará en unas horas, otro hecho, otro escándalo, otra pifia, otro personaje robará cámara, tomará los micrófonos, será pues la siguiente nota fugaz y de nuevo el ciclo comenzará.

Todo esto no nada más se presenta en el medio político, social y periodístico, sino en todo el acontecer que influye en el comportamiento del ser humano contemporáneo, baste por muestra que en pleno final del mes de agosto algunos centros comerciales ya empiezan a vender el conocido, tradicional y la mayoría de las veces, rico pan de muerto. Aún no damos el grito de independencia del 15 de septiembre en México y a algunos parece que le surge que sea Navidad.