Elba Esther Gordillo lleva un año tras las rejas, ‘La Maestra’ espera un milagro

La tarde del martes 26 de febrero de 2013 Elba Esther Gordillo, “La Maestra”, fue detenida por la PGR en el aeropuerto de Toluca, en el Estado de México.

Así inició un proceso en el que se le acusa de lavado de dinero, delincuencia organizada y defraudación fiscal en el uso indebido de las cuotas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que dirigió por 24 años.

Dicen los analistas de su caso que “La Maestra” no sólo está presa por los cargos que le imputa el gobierno, también se encuentra atrapada entre tres grupos de interés que se disputan su patrimonio personal, que consta de hasta 60 propiedades (8 casas en Estados Unidos), dinero en diversas cuentas bancarias, además de una colección de joyas, obras de arte, zapatos, bolsas y prendas que fueron adquiridas en las más prestigiosas tiendas como Neiman Marcus, donde compró al ritmo de más de 801 mil pesos mensuales, durante los últimos tres años.

La detención

Hasta hace un año Gordillo era una mujer libre. Tenía poder y dinero. Era presidenta del sindicato más grande de América Latina, con poco más de 1 millón 500 mil trabajadores.

La Guerrera, como ella se autodenominó días antes de su aprehensión, en su cumpleaños 68, rodeada entre la euforia de los suyos, quienes corearon por última vez su nombre, vivió un operativo “aparatoso” en su detención.

Poco después de las seis de la tarde dos aviones tipo caza de la Marina obligaron a bajar al avión privado proveniente de San Diego en una de las pistas del aeropuerto de Toluca y le cerraron el paso.

Luego un gran despliegue de fuerzas ministeriales de la PGR, de la Marina y el Ejército Nacional, más personal de los órganos de inteligencia del país, lo que hoy hace decir a integrantes de su familia: “Fue un exceso. Con un citatorio hubiera sido suficiente”.

Después de establecer el cerco de seguridad a la aeronave donde viajaba, la dirigente fue informada de los cargos. Junto con ella también fueron detenidas otras dos personas: una médico y su masajista.

Un día después se detuvo a Érick Rodríguez y a Nora Guadalupe Ugarte, ambos trabajadores del área de tesorería del sindicato y quienes se convirtieron en colaboradores en la investigación.

Hoy el equipo de abogados defensores integra un expediente en el que intenta comprobar junto a la familia que los cargos por los que está recluida son improcedentes. Así, “La Maestra” espera un milagro que al parecer no llegará.