Elecciones: Lo que le espera a Venezuela

por Rafael G. Vargas Pasaye.-

El próximo 7 de octubre el pueblo de Venezuela decidirá su futuro inmediato, el cual se define entre dos opciones: el continuismo de Hugo Chávez del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y satélites que le acompañan que desde hace 14 años ejerce el poder en ese país, o Henrique Capriles candidato de la Mesa de la Unidad Democrática que ha llamado poderosamente la atención desde que ganó las internas.

Interesante observar los mensajes que emiten ambos bandos, por un lado, el presidente trae como eslogan “Corazón de mi patria”, siendo la V intermedia de su apellido la figura del corazón, tratando de aligerar sus negativos, buscando mantener su voto duro y abriéndose a un objetivo clave, en este caso la clase media, incluso, para ellos envió un mensaje con los facilidad para obtener subsidios para la adquisición de una casa, a donde se registran a través de una línea llamada “0800 MiHogar”.

Chávez es un personaje netamente polémico que si bien ha ostentado el poder casi una década y media, ya sabe lo que es ver minado su hegemonía en las urnas como fue en las pasadas elecciones parlamentarias donde su partido no obtuvo mayoría absoluta en el congreso.

Explota los medios de comunicación (a su libre albedrío funciona la programación de VTV, incluyendo las maratónicas emisiones de su programa “Aló, presidente”), gusta de las frases estridentes, perpetua el poder y sus ocurrencias las utiliza de barreras ante la opinión pública mundial (imposible no recordar en un encuentro con mandatarios incluido el de México que puso a cantarse una canción de mariachi o más recientemente cuando presumió su amistad con le cantante mexicano Vicente Fernández quien incluso le regaló una guitarra). Sabe pues de la fortaleza que brinda el poder.

Personaje clave en recientes procesos electorales de la región, amigo de Fidel Castro, siempre identificado con el populismo, la revolución bolivariana, el antiyankeesmo y el béisbol, Hugo Chávez también ha hecho lo suficiente para que la gente lo siga apoyando y votando, además se adapta a las nuevas circunstancias, por ejemplo incursionó al mundo de las redes sociales para soltar desde allí esas pullas que tanto beneficio mediático le han traído. Genio y figura.

En el otro costado tenemos a Henrique Capriles, quien resultó ganador del proceso de selección realizado por la oposición el pasado 12 de febrero, abogado y político que si bien es joven (40 años) tiene en su haber una larga trayectoria tanto en la vida legislativa como en la de gobierno, baste recordar en éste último rubro que fue gobernador del estado Miranda de 2008 hasta que se separó para buscar y conseguir la candidatura presidencial.

Pertenece al Partido Primero Justicia y ha optado por la idea de cambio con rumbo bajo el lema “Hay un camino”, las encuestas señalan su crecimiento, incluso en algunas lo colocan en empate si no es que arriba del mandatario actual, a su favor cuenta la juventud, la frescura, y ese halo de inocencia que se conjuga con su soltería, lo cual puede volverse su talón de Aquiles, por ejemplo la declaración que hizo al respecto de que las mujeres son su debilidad, consolidando un sector que puede ser la diferencia al momento de votar.

Y es que su estado civil, de soltero y sin compromiso, puede jugar a favor o en contra, pero sería un error que en eso se centrara su mensaje de campaña. Sobre todo cuando la dura realidad nos muestra que los problemas sociales empiezan a agravarse, casos como el de seguridad, el empleo, o la pobreza, donde las mismas autoridades mencionan que prácticamente 1 de cada 2 venezolanos es pobre.

Esto sin dejar de lado que los descuidos o falta de reflejos del equipo gubernamental puede restarle votos el día de la elección, como botón de muestra está el lamentable caso de la refinería Amuay donde por desgracia fallecieron 24 personas y más de 80 resultaron lesionadas. Así como el desgaste natural de todo gobierno con muchos años en el poder.

Es una elección presidencial con el marco de la Ley Orgánica de Procesos Electorales que se aprobó en 2009. Y con un considerable crecimiento de parte de la oposición elección tras elección desde las presidenciales de 2006, pasando por el refrendo constitucional de 2007, las elecciones regionales de 2008, el refrendo de enmienda en 2009 y las parlamentarias de 2010, siendo esta última una diferencia sumamente corta.

En un proceso como éste, donde cualquiera de las fuerzas puede ganar por lo apretado del resultado, la diferencia puede ser la movilización el día de la jornada electoral, allí se sabrá qué maquinaria fue mejor aceitada y quizá la razón del triunfo.

Las encuestas pasarán, como suele ocurrir el día de la jornada electoral, a segundo plano dejando paso a la maquinaria electoral que logre llevar a la gente a votar, y que estos votantes lo ejerzan por su causa, de lo contrario ganará el adversario.

Cabe la posibilidad de que se presente violencia, como lo ha sido en varios actos de campaña, al igual que los escándalos con un tema que siempre le va a doler a la gente: el dinero. Como ya le sucedió a Capriles con uno de sus cercanos, el diputado Juan Carlos Caldera, de quien se desligó de inmediato pero el daño ya estaba hecho.
El margen estrecho hace que cualquiera de las dos opciones pueda ganar, por un lado el poder del gobierno se hará sentir, y por el otro quienes desean, incluso más allá de Venezuela, que Chávez deje la presidencia. La vida no acaba allí, sólo se elige presidente, en diciembre los 19 millones de venezolanos regresan a las urnas para elegir ahora gobernadores y alcaldes.

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