De acuerdo con el Journal of the American Medical Association el 43 por ciento de las mujeres norteamericanas sufre de alguna “disfunción sexual femenina” – y muchas veces se culpan ellas mismas por no alcanzar un orgasmo durante el sexo.
También es común que desestimen la importancia de tener uno, cuando en realidad, un orgasmo trae muchísimos beneficios para la salud.
Los orgasmos alivian la tensión. La aceleración del ritmo cardiaco, el mayor flujo de sangre y la tensión de los músculos, todos ellos relacionados con el placer sexual, llegan a una conclusión muy relajante con un orgasmo, y en el proceso alivian tensiones alojadas en el sistema nervioso.
Si no por otra cosa, hazlo por estética: los orgasmos ayudan a quemar calorías y a reducir los antojos, lo que los hace una buena opción para perder peso.
Los orgasmos también ayudan a sentirse mejor. En los hombres, inmediatamente después produce una caída en la presión sanguínea y relajación instantánea; en las mujeres, el efecto es más bien progresivo, pero aún así es un tranquilizador natural. La liberación de endorfinas es muy calmante.
También ayudan a calmar los antojos de comida chatarra y, a veces, por un cigarro. La estimulación sexual activa la producción de fenetilamina, una especie de anfetamina natural que regula tu apetito. Así que, en vez de ir a la cocina, tal vez debas considerar hacer una escala en tu recámara.
Si todo esto no es suficiente, piensa en los orgasmos como una buena opción para reducir el dolor. Esto no es solamente es un fenómeno psicológico: las endorfinas que liberas durante el sexo aumentan tu tolerancia al dolor hasta en un 70 por ciento en el momento del orgasmo, aunque esto varía de persona a persona. Pero si estás en un hospital no te recomendamos que lo hagas; espera a estar en un lugar privado.
Fuente: Livestrong
Foto: Genomma Lab
